La magia de la primavera

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En primavera, la Tierra se despierta de su sueño y todo brota para crecer. Piensa en las flores y los árboles, cómo se despiertan y vuelven a la vida en la primavera. Las lluvias fertilizan a la Madre Tierra y ayudan en el proceso de evolución de la primavera. El agua también fertiliza los corazones de los humanos, haciendo que la flor del corazón, el “tutu”, se abra, para que podamos ser más sabios y hermosos. Nuestro corazón está dormido durante el invierno, al igual que todo en la naturaleza, descansando. Esto es algo bueno. Se está cargando para despertar y surgir en la primavera; así como la Tierra se despierta, nosotros también lo hacemos.

La primavera trae de vuelta el poder de la luz. La luz, la relación del sol con la tierra, es lo que ayuda a definir las estaciones. La luz tiene el efecto de despertar tanto a la Tierra como a las personas. El sol da luz a la tierra. La luz activa químicos que promueven el amor. El amor es el poder de la primavera, y a medida que la Madre Tierra se despierta, exuda ese amor. Así, la energía del amor renace en la primavera.

Lo mismo sucede con los humanos. Las estaciones nos afectan y pasamos por un cambio importante con el cambio de estaciones. En invierno, somos introspectivos; la energía va hacia adentro. En primavera, experimentamos un renacimiento: física, espiritual y emocionalmente, obtenemos nueva vida.

La primavera afecta tu espíritu; estás influenciado por la Naturaleza y los procesos evolutivos que ocurren. Cada primavera tienes la oportunidad de regenerarte nuevamente, renacer de la quietud y la calma del invierno. Tienes la oportunidad de abrirte, al igual que todo lo que nos rodea. Puedes renacer aquí mismo, en esta Tierra, abriendo tu corazón al proceso de regeneración. Siente la vitalidad que entra en tu propio espíritu personal, que está enraizado en el espíritu de la naturaleza.

Nos convertimos en parte del proceso de recreación que ocurre durante la primavera. Nos despertamos, nos volvemos más alertas, nuestros corazones están más abiertos. Es un tiempo de nuevos comienzos; todo es fresco, limpio y lucha por crecer hacia el sol. En primavera, pasamos de un estado introvertido a un estado de florecimiento físico y espiritual.

La luz nos transforma. Es un momento de fertilizar, regar nuestros espíritus y desplegar los pétalos de nuestros corazones. Honra el regreso de la luz. Lleva la luz a tu corazón, a tu ser. Observa la luz en la naturaleza; sintoniza con tu entorno. A medida que nos acercamos al Equinoccio, es un momento de equilibrio entre la luz y la oscuridad. Al absorber la luz, podemos lograr un mayor equilibrio y armonía.

Caminar sobre la tierra es una buena manera de despertar tu conexión con el mundo natural. Siente a Madre Tierra despertando. Conéctate con la naturaleza y siente cómo te vuelves consciente y alerta durante esta temporada. Sé consciente de lo que está sucediendo a tu alrededor y date cuenta de esa misma transición dentro de ti.

Acoge la primavera como si fuera la primera vez que la experimentas: la primera vez que ves una flor, un árbol crecer, un pájaro volar. Abre tu corazón al amor, a la belleza, a la claridad. Deja atrás lo viejo y renace durante la temporada de primavera. El este representa la temporada de primavera, la imagen del sol asomándose entre las nubes. Renaces así como el sol renace cada día. Cada primavera, tu espíritu saldrá de la oscuridad del invierno. Haz que tu espíritu brille como los colores de la naturaleza. Siente el mundo a través de tu corazón. Este es un momento para dejar atrás viejos patrones, viejas maneras de hacer las cosas y abrazar el poder y la belleza de la nueva vida.